Un poema debe tener el filo suficiente para abrir la carne y llegar al alma. Autor desconocido

lunes, 10 de octubre de 2011

Sin palabras

 Tedio y cansancio se apoderan de mi alma.
No encuentro consuelo a mi angustia, salvo compartirla en estas lineas.
Los días parecen siglos y las noches tan largas...
Veo chispazos de felicidad y esperanza, de amor y amistad, de sueños por cumplir, y me aferro desesperada a ellos, pero continuó inmersa en la tristeza que lo plasma toda con un manto negro con la muerte... que acecha en cada esquina....
Donde quedó la niña tierna e inocente que habitaba en mí?

lunes, 15 de agosto de 2011

Canto al alma mía

Guarda callada y paciente, alma mía,
La llegada de mundos sublimes y eternos,
donde no exista el ruido ni el dolor humano.

Mientras los pájaros canten melodías de otoño,
¿por qué has de caminar abrumada?

Guarda callada y paciente, alma mía,
la quietud y el silencio, en las olas del insondable océano.

Mientras los rayos de sol inunden tus palmas,
¿ por qué resignarse a morir sin esperanza?

Guarda callada  y paciente, alma mía,
y hallarás paz en el horizonte del espíritu divino.

viernes, 8 de julio de 2011

La guerra

Vete lejos, amor mío, y no mires hacia atrás.
No quiero ver tus lágrimas y oír tus gritos sabiendo que no podré  abrazarte.
Por eso te pido que cierres esa puerta, con la cabeza en alto y firmeza en el corazón,
y te marches para no volver.

Lo siento.
Esto no tuvo que acabar así, pero sucedió.
Ten fe y respira.
Después sólo el sabor amargo en tu boca y mi mano inerte quedará,
mientras la muerte me arrebata cruelmente de tus brazos.

miércoles, 6 de abril de 2011

Trigales



Bajo los trigales del otoño encuentro la calma
esa calma efímera y pasajera, que somnolienta, se estira lenta y suavemente
golpeando mis sentidos y abriendo mis ojos a paisajes nuevos.


No poseo ni añoro nada, sólo el viento del verano me recuerda tus caricias.
Por un instante soy libre y vuelo junto a los gorriones.

sábado, 19 de marzo de 2011

Perdónate

No me pidas que me calle cuando el dolor se apodera de mis espacios. Flaqueé ante la puerta de tu casa, sin saber qué hacer ni qué decirte, sin saber si llorar o acurrucarme en tus brazos diciendote cuanto te amaba. No sabía si pedirte perdón, o esperar el perdón de tus labios agrietados. Tantas frases inconclusas y tantas puertas desencajadas por la rabia. Pensé ¿por qué la rabia, el dolor, la angustia, traspasa todas mis líneas? ¿ Por qué mis páginas transpiran tales sentires? Te volviste, y vi tus ojos verdes, vacíos, sin nada que decir. Entonces lo supe. ¿Si no te perdonas, cómo puedo hacerlo yo? Y te dejé ahí, atónito bajo el dintel de la puerta, mientras el viento ululaba entre las hojas de los árboles en invierno.

martes, 15 de marzo de 2011

Perdida

Me he perdido entre la niebla inhabitada de la noche más recóndita,
buscando consuelo en armarios vacíos y cubiertos por el polvo,
añejos y olvidados,
derrotados por la fatiga y el dolor inconmensurable del mar

Me he perdido ante la mirada aterrada de los míos
desconociendo lo correcto de lo incorrecto,
lo ajeno de lo propio
lo áspero de lo suave
y lo banal de lo sublime.

Sólo ansío volver a encontrarme...

lunes, 31 de enero de 2011

La Pasión de Ver

 Los dejo con una verdadera joya. Disfrútenla!

"¡Cómo hablarte, Señor, si no eres Tú la llama que calcina mi mano!
¡Cómo pensar contigo, juntar contigo mis párpados, cómo podría mi nariz respirarte!
Ser como Tú el que gira y aumenta sin fin. Cómo escuchar tus razones salvajes.
Cómo encontrar un arma de alegría monstruosa, disparar hacia adentro y transformar la bala en ojo.
Ser el agua de tus canales infalibles, soplar con ese cuerno que hace temblar de felicidad a los despojos inertes.
Cómo dar un salto mortal y sostenerse sin apoyo alguno, cómo beber en las propias venas el líquido transfigurador y no correr en busca de los contravenenos, cómo reconocerte en el preciso instante en que eres visible."

Luis Oyarzún

martes, 4 de enero de 2011

Sangre en los ojos

 Sonrío ante los restos de amistades quebradas, de copas vacías y sangre en los ojos.
Es la única esperanza que tengo cuando no me queda nada más que recuerdos añejos plagados de  simpatías absurdas y rostros macilentos.

Me tachan de melancólica y depresiva, de idealista y soñadora, pero es el sabor que siento todas las noches al apoyar la cabeza en la almohada. Y por más que lo evito, la insistencia de tales sentimientos me nubla el pensamiento.

¿Qué hacer? Por eso sonrío, aunque no halle respuestas, aunque el torbellino de la vida engulla y agite mi ilusión, sonrío buscando consuelo ante el mar de dudas e hipocresía que veo en miles de rostros y en mi misma.
Sonrío con risa añeja, podrida como una manzana, pero nadie lo nota, que más da.

Y continúo como hombre sin rumbo, como perdida en el desierto siniestro de las caretas, del qué dirán, de los pasos en falso.

 Me caigo y a veces no se levantarme. Me quedo tirada cuan larga soy en una carretera plagada de buitres y fantasmas. Mis fantasmas, y los de él y los de todos en mis espaldas. Pero sonrío, y puede parecer monótono o falto de juicio, pero he logrado vivir con eso, con los recuerdos de amistades quebradas. copas vacias y sangre en los ojos.