Un poema debe tener el filo suficiente para abrir la carne y llegar al alma. Autor desconocido

viernes, 8 de julio de 2011

La guerra

Vete lejos, amor mío, y no mires hacia atrás.
No quiero ver tus lágrimas y oír tus gritos sabiendo que no podré  abrazarte.
Por eso te pido que cierres esa puerta, con la cabeza en alto y firmeza en el corazón,
y te marches para no volver.

Lo siento.
Esto no tuvo que acabar así, pero sucedió.
Ten fe y respira.
Después sólo el sabor amargo en tu boca y mi mano inerte quedará,
mientras la muerte me arrebata cruelmente de tus brazos.