Un poema debe tener el filo suficiente para abrir la carne y llegar al alma. Autor desconocido

miércoles, 6 de abril de 2011

Trigales



Bajo los trigales del otoño encuentro la calma
esa calma efímera y pasajera, que somnolienta, se estira lenta y suavemente
golpeando mis sentidos y abriendo mis ojos a paisajes nuevos.


No poseo ni añoro nada, sólo el viento del verano me recuerda tus caricias.
Por un instante soy libre y vuelo junto a los gorriones.

2 comentarios:

  1. Disfrutemos el otoño, aunque con añoranzas.
    Pasa por mi blog, te deje un regalo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Hola!!! Por supuesto que si... qué somos sin sueños?? sin ilusiones?? Siempre lo he dicho: seríamos autómatas, cascarones sin vida, vacíos, oscuros, solitarios.

    Te invito a mi rinconcito!!! Quizás te interese y puedas comentar!! (aunque te advierto altiro, sólo estoy subiendo capítulo a capítulo una novela romántica de época).

    All the love.

    ResponderEliminar