Quiéreme frágil y suave, callada e inquieta,
febril como el ulular del viento.
No sueltes mi mano al caer la noche,
que tengo miedo del pasar de los años.
Quiéreme áspera y ruda, débil y fuerte,
manchada como el firmamento estrellado.
No sueltes mi mano al caer la noche,
que la agonía de no tenerte es insostenible.
Quiéreme como soy,
cambiante y voluble, insegura y vibrante
danzante como el baile de las abejas en primavera.
No sueltes mi mano al caer la noche,
que me perderé en la negrura eterna.
que asi sea. Abrazo
ResponderEliminarEl barco está más seguro cuando está en el puerto; pero no es para eso que se construyen los barcos
ResponderEliminarPaulo Coelho.
...y es esta estela tuya
de pececillos plateados y de
agua espumada y brava tras la proa
llamada vida la que seguiré...
Que hermoso pedido de amor .
ResponderEliminarMuy bonito escribes, gracias por seguirme. Besos
Gracias, esto me impulsa a seguir escribiendo :)
ResponderEliminarPrecioso este poema !!!!!!!! y muy buenas entradas.Tambien te sigo...Un calido abrazo.
ResponderEliminarMe alegro mucho que les guste. Un abrazo grande, nos leemos :)
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